Cuaderno de bitácora: día XXXII
La Edad de Oro de la piratería.

Se puede decir que la historia de la piratería transcurre paralela a la historia de la navegación. Allá donde hubo barcos cargados de mercancías surgieron piratas dispuestos a tomarlas por la fuerza. Se conocen incursiones de naves piratas desde los tiempos de la antigua Grecia. Incluso la Roma republicana sufrió el pillaje de estos ladrones del mar. Desde entonces han abordado embarcaciones y todavía hoy asolan los mares cerca de Borneo y Sumatra. Sin embargo, las mejores páginas de su larga historia se escribieron en los siglos XVI y XVII, La Edad de Oro de la piratería.El capítulo más característico de la historia de la piratería corresponde al desarrollado en el Caribe en ese periodo, episodio estrechamente relacionado con la historia de la presencia española en América.
El origen de la piratería en el Caribe hay que buscarlo en una famosa bula del Papa Alejandro VI, el año 1493, por la que se concedía a España y Portugal el derecho de posesión de las tierras que se iban descubriendo, tras la llegada de Colón al Nuevo Mundo. Las posesiones españolas se situaban tras una línea trazada, 100 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde; los territorios situados al este de la citada línea serían de dominio portugués. Francisco I de Francia protestó airadamente contra la partición hecha por la Santa Sede: "Quisiera ver -le contestó al Papa- el testamento de Adán, por el que se me excluye a mí de esa parte del mundo". Inglaterra, todavía sin Marina, no podía intervenir en el litigio, pero años más tarde diría Drake: "Ninguna paz al otro lado de la línea". Francia e Inglaterra quedaban, pues, al margen de las riquezas de América; y España, con una política equivocada, agravó más la situación cerrando el comercio del Nuevo Mundo a los extranjeros. Todo barco extranjero navegando por aquellas aguas sería considerado a partir de entonces pirata.
La primera nación en reaccionar fue Francia. Como Francisco I carecía de Marina, estimuló a los armadores particulares y hacia 1537 el Caribe estaba infestado de piratas franceses. Posteriormente, Inglaterra comenzó también a fijar su atención en América y, soñando en el botín, aparecen los primeros piratas ingleses en el Caribe, bajo la protección de la reina Elizabeth. La mayoría eran nobles, y si no lo eran, la reina les daba entrada en la nobleza. En cierta ocasión, el embajador de España pidió a la reina de Inglaterra la ejecución de Drake, por pirata, después de que éste asaltara diversas plazas. En respuesta la reina Elizabeth esperó en el Támesis al marino... para armarle allí mismo caballero.
La piratería del mar Caribe fue un episodio insólito en la Historia de la humanidad. Sus aventuras han levantado a partes iguales fascinación y horror en los siglos posteriores, hasta el punto de crearse mitos y leyendas muchas veces alejados de la realidad histórica. Cuando estos mitos pasaron a las novelas de aventuras y posteriormente al cine, se creó un nuevo género que, con altibajos, ha fascinado al publico hasta nuestros días.
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"Si de los gobiernos quitamos la justicia, ¿en qué se convierten sino en bandas de criminales a gran escala? Y esas bandas ¿qué son sino reinos en pequeño? Son un grupo de hombres, se rigen por un jefe, se comprometen en pacto mutuo, reparten el botín según la ley por ellos aceptada. Supongamos que a esta cuadrilla se le van sumando nuevos grupos de bandidos y llega a crecer hasta ocupar posiciones, establecer cuarteles, tomar ciudades y someter pueblos. Abiertamente se autodenominan entonces reino, título que a todas luces les confiere no la ambición depuesta, sino la impunidad lograda. Con toda profundidad le respondió al célebre Alejandro un pirata caído prisionero, cuando el rey en persona le preguntó: ¿qué te parece tener el mar sometido a pillaje? Lo mismo que a ti, le respondió, el tener al mundo entero. Solamente que a mí, que trabajo en una ruin galera, me llaman bandido, y a ti, por hacerlo con toda una flota, te llaman emperador".
James P.Warburg

Cuaderno de bitácora: día XXXI

Piratas Célebres: Jack Rackham, "Calico Jack"

Malvados, ladrones, ruines, sinvergüenzas, insensibles, tiranos, traidores, infieles, desleales… Son muchos los adjetivos negativos que durante años y todavía hoy se emplean para designar a los piratas.

Si bien hicieron cosas ilegales y violentas hay que tener en cuenta que eran otros tiempos, que la ley no era como ahora y que el mundo en general era distinto.

Desde que cree el blog, uno de mis objetivos ha sido mostrar a la gente ese otro lado de la piratería, el lado aventurero, el lado fascinante, el lado que la gente nunca nombra cuando se refiere a estos hombres y habla de ellos despectivamente.

Hace unas semanas lei un artículo que decía que los piratas habían sido (y cito textualmente) “una raza cruel, sin amor por nada y por nadie y con una especial capacidad que les impedía enamorarse de nadie que no fuera el oro” ¿¿¿¿????

Tal sarta de barbaridades me hizo reflexionar y creo que estaréis de acuerdo que nadie, y repito, NADIE puede tener ninguna capacidad (sobrehumana?? ) para no poder enamorarse.

Los piratas no son una excepción, y si no, la prueba está en Jack Racham, que se arriesgo por quién amaba. No puedo negar que es uno de mis favoritos por no decir el que más.

Rackham, más conocido como Calico Jack por su afición a llevar vistosos pantalones de Calico (tela de algodón estampada) se perdía por el ron y las mujeres.

Nació en 1670 y murió en 1721.

Se le consideraba el pirata más elegante del siglo XVIII. Fue célebre por sus hazañas en alta mar; llegó a llevar a bordo a dos de las más famosas mujeres pirata: Anne Bonny y Mary Read, protagonizando un triángulo amoroso.

Se desconoce su fecha y lugar de nacimiento. La primera mención de él data de 1718, cuando viajaba a bordo del barco de guerra inglés Treasure como ayudante del capitán, y desafío a este al negarse a perseguir a un barco de la Armada francesa. Consiguió que todos los marineros se pusieran de su parte amotinándose contra el capitán, y aquella tripulación de honrados marineros pasó a dedicarse a la piratería aceptando como nuevo capitán a Jack.

Atacaban objetivos modestos: pequeñas corbetas y barcos de pesca; ya que desde el motín estaba perseguido por la justicia y no podía arriesgarse a atacar objetivos grandes.

En 1719 navegó rumbo a las Bahamas y se instaló en Nueva Providencia.

Una noche en una cantina conoció a una mujer casada llamada Anne Bonny y se enamoró perdidamente de ella. Cuando la relación que mantenían en secreto se hizo pública, el gobernador de Nueva Providencia amenazó con azotar a Anne por adulterio, por lo que Jack reclutó una tripulación y partió con ella para protegerla.

Temiendo que los marineros se negasen a compartir el viaje con una mujer, Anne se disfrazó de hombre y adoptó el nombre de Adam Bonny. Se comportó como un marinero y lucho junto a la tripulación.

Aquel navío se convirtió en un punto de mira preferente de las autoridades inglesas y españolas.

Se unió un nuevo marinero llamado Mark Read cuyo verdadero nombre era Mary Read, pero al igual que Anne se hizo pasar por hombre. Mary vivió enamorada de Jack durante los años que navegaron juntos, viendo siempre como había de mantenerse a la sombra de Anne la cual ocupaba el corazón del Calico.

En 1721 fueron apresados por un buque español en Jamaica. En aquella batalla sólo Anne y Mary lucharon en cubierta mientras los piratas estaban bajo la cubierta emborrachándose. El gobernador retrasó la ejecución de las dos mujeres ya que alegaron estar embarazadas, y dictaminó su muerte para después del parto. No obstante, ambas escaparon (no había ningún embarazo en realidad).

Por su parte, Jack y su tripulación fueron juzgados el 16 de noviembre de 1721, sentenciados como culpables de piratería y ahorcados al día siguiente.

Nada más se supo de Anne, solo que al parecer años atrás ella y Jack tuvieron un hijo en Cuba, pero nació dos meses antes y a la hora murió.

Anne, recibió varios aplazamientos de su ejecución hasta que misteriosamente desapareció de los expedientes oficiales. Hay diferentes teorías sobre su supuesto final. Se cree que su padre, que tenía contactos en la isla, perdonó a su hija y la rescató para traerla de nuevo a Carolinas, donde le consiguió un nombre nuevo y una nueva vida a sus 20 años. Pero hay otras teorías que afirman que volvió con su marido, o incluso existe el mito de que se hizo monja.

Como curiosidad, la bandera que representaba a Jack Rackham mostraba dos sables y una calavera. Esta bandera es una de las más empleadas hoy en día al hablar de piratas.

Imagen: Mary Read, Anne Bonny y Calico Jack