'Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto', puro y gozoso gran cine de aventuras
Estamos de enhorabuena, el capitán Jack Sparrow ha vuelto. Por fin, tras una larga espera (en otros países ya se había estrenado), llegó a las salas españolas 'Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto', la segunda parte de la exitosa 'Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra', que ha batido récords de taquilla en Estados Unidos, desbancando las extraordinarias cifras de la patriótica 'Spider-Man' de Sam Raimi. Lo cierto es que la espera mereció la pena. Tras verla varias veces y “analizarla” he decidido escribir el siguiente post. Los piratas del Caribe han vuelto a demostrar que el buen negocio no está reñido con el buen cine. Esta segunda parte es puro entretenimiento, dos horas de radiante cine de aventuras. Muchos saldrán con el hacha de lo clásico para desmembrar esta ejemplar cinta de acción, fantasía, comedia y romance, pero no os equivoqueis. No vivimos en los años 30 o 40. Vivimos ahora, cerca ya del 2010, y el cine hace ya tiempo que dejó de depender de las glorias pasadas para independizarse y buscar sus propias referencias.
Tras el nuevo logo de Disney, la sala se oscurece y lo primero que vemos es el rostro mojado por la lluvia de Elizabeth Swann. Está vestida para su boda y sin embargo algo va mal. Pronto, llega un gran número de soldados que traen preso a Will Turner. A pesar de la influencia del gobernador Weatherby, su hija Elizabeth y Will son arrestados por traición, al ayudar a escapar a Jack Sparrow. Por su parte, Jack está desesperado por encontrar una llave y un cofre, para poder negociar con Davy Jones, un misterioso pirata mutante al que debe su alma... y el plazo para cobrarla ha llegado. A Will se le ofrece un indulto para él y su prometida si consigue robar cierta brújula mágica de Sparrow, por lo que sale en su busca. Ambos se encontrarán en una isla gobernada por una tribu de caníbales. Elizabeth consigue escapar gracias a su padre y Jones se impacienta, sembrando el caos en su búsqueda implacable de Sparrow. La aventura sólo acaba de comenzar.
Es inevitable hablar de la primera parte, de 'La Maldición de la Perla Negra', en una crítica de esta 'El Cofre del Hombre Muerto'. No sólo porque esta segunda parte es toda una continuación de lo que ocurrió en la primera sino porque está llena de referencias a la película que se estrenó en 2003. Desde escenas que se repiten cambiando al protagonista, como la de romper un candelabro (en la primera fue Turner, en la segunda es el padre de Swann) o la de los tortazos femeninos (en la primera se los dan a Sparrow, ahora le toca a Turner), a personajes que, no siendo los protagonistas, vuelven a la pantalla, arrastrando cambios provocados por lo acontecido en la primera parte: los dos esbirros de Barbossa, el perro de las llaves de la prisión, el (ex)comodoro Norrington, etc. En este sentido, hay que aplaudir a los guionistas, Ted Elliott y Terry Rossio, por haber continuado a la perfección una historia desde todos los puntos de vista posibles. El reto lo tendrán en la tercera, con un terrible suceso como punto de partida; a ver cómo lo explican para mantener viva la mecha de la saga.
Antes he mencionado los personajes que vuelven a esta segunda parte, pero sin ser los mismos, habiendo evolucionado por lo que ocurrió en 'La Maldición de la Perla Negra'. A pesar de que eso podría ocasionar una decepción en los fans, al modificar lo más llamativo de la película, lo cierto es que los tres protagonistas también han evolucionado. Jack, Will y Elizabeth no son los mismos que en la primera parte. Johnny Depp (a quien ya le toca un Oscar) vuelve a dar vida al memorable capitán Jack Sparrow (no en vano, su interpretación en la primera parte ha sido catalogada, recientemente, como una de los mejores de toda la Historia), el auténtico dueño y señor de la función. Cada vez que sale a escena, la pantalla es suya. Es el personaje más atractivo, divertido e interesante que hay en la película (igual que ya pasó con la anterior). Pero ya he dicho que en esta 'El Cofre del Hombre Muerto' Sparrow no es el mismo. Realmente, el personaje sufre una especie de potenciación de su carácter, acentuando el comportamiento y las maneras (atención a cómo corre) que le vimos en la primera parte. En la trama se explica porque a Jack se le acaba el tiempo y hay un monstruoso pirata que pretende reclamar su alma. Debo decir que Depp-Sparrow está insuperable. Es impensable que cualquier otro pudiera haber hecho lo que consigue este actor-personaje en la película. Como dije antes, es el gran protagonista del espectáculo. Y demos gracias.
Agradezcamos que esto sea así porque los otros dos compañeros de Depp en la cabeza del reparto dejan mucho que desear. Tanto Keira Knightley como Orlando Bloom están pero como si no. Knightley, demasiado delgada en mi opinión (y con los rumores de anorexia sobre su cabeza) se limita a poner dos caras: normal y “pelandrusca” (perdón por la palabra). La primera es la que usa durante casi todo el metraje, llegando al horror más vergonzoso en dos escenas concretas: la del principio, con la lluvia, y la de la playa, con el cofre, en la que intenta llamar la atención de los tres hombres enfrentados en un duelo a espada. La segunda la utiliza en un par de ocasiones para atraer la atención de Sparrow y conseguir así que al pirata (¡capitán!) se le nuble la mente y se despiste (los que ya habéis visto la película sabéis a lo que me refiero). Más aún, el cambio de su personaje es para peor: pierde en encanto y gana en descaro. En cualquier caso, Keira realiza una actuación mediocre, muy similar a la que nos tocó padecer en la basura de Tony Scott titulada 'Domino', en la que sólo parece interesar que esté muy guapa y que sus (escasos) pechos sean muy visibles (penosa la tia). ¿Cuestión de marketing? Posiblemente, pero es una pena, esta chica ha demostrado que sabe actuar (aunque sólo lo haya conseguido una vez ya es una prueba). El caso de Bloom es más peligroso. En 'El Cofre del Hombre Muerto' está totalmente perdido. Su evolución significa darle más minutos de acción y mayor seguridad y eso se carga el simpático personaje que interpretaba en la primera parte. Además, Orlando parece aún más limitado que su compañera de reparto y demuestra una preocupante carencia de expresividad. Este actor lleva camino de ser uno de los más odiados (por todo el público menos las niñas de 11 a 15 años) por protagonizar grandes proyectos en los que su interpretación siempre estropea el producto final. Aún así, soy de las que creen que Bloom tiene facultades para ser un buen actor. Sólo necesita tiempo y un director que le sepa manejar. ¿Mi prueba? 'Troya'. En esta injustamente infravalorada película, Bloom deja atrás su fama y su caché y se mete de lleno en la piel de un cobarde enamorado. Y lo hace bastante bien, logrando una escena magnífica en su duelo con Brendan Gleeson. Además no hay que olvidar su participación en la trilogía de 'El Señor de los Anillos'.
Gore Verbinsky, director de esta película, y de la anterior, es uno de estos cineastas que Hollywood parece tener a mano para cualquier producción, sea del tipo que sea. No en vano, entre otras cosas, Verbinsky ha firmado el (correcto) remake de 'The Ring' y una comercial y tonta comedia con Julia Roberts y Brad Pitt. Verbinsky es un cineasta cumplidor, correcto, pero nada brillante. No hace (demasiados) juegos con la cámara ni pretende pasarse de listo con efectismos o renovadas técnicas de destrucción de la imagen (volvemos a Tony Scott pero también entra aquí Michael Bay, por mencionar a alguno de muchos). De hecho, se le ve incómodo y torpe con algo tan recurrido como la cámara lenta. En la primera escena de esta secuela casi me da algo. Su lentitud, acompañada por la lluvia sobre el rostro de la modelo de moda y una melodía pastelosa me provocaron el mayor (y único) susto de la sesión. Afortunadamente, todo queda en una escena horrorosa que no dura demasiado. A pesar de lo dicho, la banda sonora de Hans Zimmer mejora muchísimo a partir de ahí, logrando acompañar la acción con brillantez y ensalzar planos importantísimos de la película. Me ha gustado mucho la música. Las escenas de acción duran demasiado, alargando el chicle hasta (casi) romperlo. El perder tiempo con personajes o acontecimientos que en nada hacen avanzar la trama (la lenta llegada de los dos esbirros de Barbossa a la playa de los caníbales) ni son relevantes en absoluto (Sparrow tropezándose frente a Davy Jones), entorpece la narración y son la causa principal de que la película llegue hasta bastante más de dos horas. Esto, sorprendentemente, apenas se nota. Y aunque casi todo el mérito hay que atribuírselo a Depp y a los efectos especiales, Verbinsky también merece su chapita de honor. Además, las escenas de acción están filmadas con evidente buen gusto y sobrada corrección, careciendo de esa moda tan repugnante por la que el espectador no se entera de nada.
El guión, resulta tan lioso, descabellado y da tantas vueltas como en la primera parte. La trama se complica de forma absurda y no dejan de aparecer giros y situaciones argumentales muy poco coherentes, como la extrema rapidez con la que todo el mundo se encuentra con quien le da la gana en ese momento o la velocidad con la que se encuentra el tan ansiado cofre. Sin embargo, estos defectos forman parte, lo queramos o no, del espectáculo. Ocurría en la primera (¿o es que no chirriaba ese tema de suelto la moneda ahora me puedes matar, la cojo y ahora soy inmortal?) y era de esperar que aquí se volvieran a repetir. Además, el guión no sólo conserva deficiencias, también mantiene el refrescante humor, las extraordinarias escenas de acción y unos personajes muy peculiares con mucho por decir. Quizá en esta segunda parte se ha reforzado el aspecto del chiste facilón, casi siempre con Sparrow como protagonista, pero personalmente no lo veo grave y sí, de nuevo, justificado por la película que es. En cuanto a los efectos visuales, creo que ya se pueden comprobar en el (sensacional) trailer. La gran labor que se realizó en la primera parte se ve superada en esta segunda, donde las imágenes retocadas resultan extraordinarias y llegan a la cumbre en el maravilloso personaje de Davy Jones (se nota la interpretación de Bill Nighy), que parece absolutamente real, a pesar de estar creado no por maquillaje sino completamente por ordenador. Una genialidad que, sin duda, reportará el correspondiente premio a los mejores efectos en la próxima ceremonia de los Oscar. En cuanto al poderoso pulpo gigante (el craken), sus escenas son espectaculares y sobrecogedoras, llegando a ser parte fundamental en lo mejor de la película, la escena casi final, una batalla intensísima cuyo desenlace, lo reconozco, consiguió que se me erizara la piel, y que da pie a la esperadísima tercera parte.
En conclusión, 'Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto' es una grandísima película de aventuras, donde el protagonismo recae en un insuperable Johnny Depp y en unos sensacionales efectos visuales, que aportan solidez y espectacularidad a una película divertidísima. Toda una alegría en una época donde el dinero es lo más importante, que aquí no se haya olvidado al cine y al espectador. Como dije antes, dejad atrás los prejuicios y dejáos llevar por las aventuras de los piratas más divertidos de Disney, es la mejor receta. Y la gran noticia es que queda la tercera que nos llevará al Fin del Mundo. La espera ya se hace interminable. ¡Que vuelva Jack Sparrow!

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